Batallas

sábado, 3 de junio de 2023

Índice

En esta presentación voy a hablar sobre las 20 guerras más grandes de la historia y de las armas más peligrosas que fueron capaces de derrotar ejércitos. 
Según el número de víctimas, se encuentran las siguientes guerras:

1 Segunda Guerra Mundial
2 Primera Guerra Mundial
3 Invasiones mongolas
4 Guerras del Opio
5 Rebelión An Shi
6 Rebelión Taipinj
7 Manchúes conquistan China
8 Campañas de Tamerlán
9 Guerra civil rusa
10 Rebelión de los dunganes
11 La Reconquista
12 Guerra de los 30 Años
13 Guerras Napoleónicas
14 Rebelión de los Turbantes Amarillos
15 Las Cruzadas
16 Guerras de Religión de Francia
17 Rebelión Zanj
18 Conquista europea de América
19 Guerra filipino-estadounidense
20 Guerras serviles

1 La Segunda Guerra Mundial

La Segunda Guerra Mundial (1939-1945) fue uno de los acontecimientos fundamentales de la historia contemporánea tanto por sus consecuencias como por su alcance universal. Las «potencias del Eje» (los regímenes fascistas de Alemania e Italia, a los que se unió el militarista Imperio japonés) se enfrentaron en un principio a los países democráticos aliados (Francia e Inglaterra), a los que se sumaron tras la neutralidad inicial los Estados Unidos y, pese a las divergencias ideológicas, la Unión Soviética; sin embargo, esta lista de los principales contendientes omite multitud de países que acabarían incorporándose a uno u otra bando.

La Segunda Guerra Mundial, en efecto, fue una nueva «guerra total» (como lo había sido la «Gran Guerra» o Primera Guerra Mundial, 1914-1918), desarrollada en vastos ámbitos de la geografía del planeta (toda Europa, el norte de África, Asia Oriental, el océano Pacífico) y en la que gobiernos y estados mayores movilizaron todos los recursos disponibles, pudiendo apenas ser eludida por la población civil, víctima directa de los más masivos bombardeos vistos hasta entonces.

En el desarrollo de la Segunda Guerra Mundial suelen distinguirse tres fases: la «guerra relámpago» (desde 1939 hasta mayo de 1941), la «guerra total» (1941-1943) y la derrota del Eje (desde julio de 1943 hasta 1945). En el transcurso de la «guerra relámpago», así llamada por la nueva y eficaz estrategia ofensiva empleada por las tropas alemanas, la Alemania de Hitler se hizo con el control de toda Europa, incluida Francia; sólo Inglaterra resistió el embate germánico.

En la siguiente etapa, la «guerra total» (1941-1943), el conflicto se globalizó: la invasión alemana de Rusia y el ataque japonés a Pearl Harbour provocaron la incorporación de la URSS y los Estados Unidos al bando aliado. Con estos nuevos apoyos y el fracaso de los alemanes en la batalla de Stalingrado, el curso de la guerra se invirtió, hasta culminar en la derrota del Eje (1944-1945). Italia fue la primera en sucumbir a la contraofensiva aliada; Alemania presentó una tenaz resistencia, y Japón sólo capituló después de que sendas bombas atómicas cayeran sobre las ciudades de Hiroshima y Nagasaki.

El miedo a la expansión del comunismo soviético había hecho que Hitler fuese visto por las democracias occidentales como un mal menor, suposición que sólo desmentiría el desarrollo de la contienda. La Segunda Guerra Mundial costó la vida a sesenta millones de personas, devastó una vez más el continente europeo y dio paso a una nueva era, la de la «Guerra Fría». Las dos nuevas superpotencias surgidas del desenlace de la guerra, los Estados Unidos y la URSS, lideraron dos grandes bloques militares e ideológicos, el capitalista y el comunista, que se enfrentarían soterradamente durante casi medio siglo, hasta que la disolución de la Unión Soviética en 1991 inició el presente orden mundial.

Dividida en dos áreas de influencia, la Occidental pro americana y el Este comunista, Europa, como el resto del mundo, quedó reducida a tablero de las superpotencias, y aunque la Europa occidental recuperó rápidamente su prosperidad, perdió definitivamente la hegemonía mundial que había ostentado en los últimos cinco siglos; en el exterior, tal declive se visualizaría en el proceso descolonizador de las siguientes décadas, por el que casi todas las antiguas colonias y protectorados europeos en África y Asia alcanzaron la independencia.



2 La Primera Guerra Mundial

La Primera Guerra Mundial, también llamada la Gran Guerra,​ fue un conflicto militar de carácter mundial, aunque centrado en Europa, que empezó el 28 de julio de 1914 y finalizó el 11 de noviembre de 1918, cuando Alemania aceptó las condiciones del armisticio.


Todo comenzó por culpa del asesinato (junio de 1914) en Sarajevo del archiduque Francisco Fernando, heredero de la corona austrohúngara . El gobierno austrohúngaro declaró la guerra a Serbia, que contó con el apoyo de Rusia.


Durante la Primera Guerra Mundial, las Potencias de la Entente -- Gran Bretaña, Francia, Serbia y la Rusia Imperial (a las que más tarde se unieron Italia, Grecia, Portugal, Rumania y Estados Unidos) -- lucharon contra las Potencias Centrales: Alemania y Austria-Hungría (a las que más tarde se incorporaron la Turquía Otomana y Bulgaria).    

El entusiasmo inicial de todas las partes respecto a una victoria rápida y decisiva se desvaneció cuando la guerra se empantanó en un punto muerto de costosas batallas y guerra de trincheras, particularmente en el frente occidental. El sistema de trincheras y fortificaciones en el oeste se extendió en su punto máximo a 475 millas (764 km), aproximadamente desde el Mar del Norte hasta la frontera suiza, y definieron la guerra para la mayoría de los combatientes norteamericanos y de Europa Occidental. La vasta extensión del frente oriental impedía una guerra de trincheras a gran escala, pero la escala del conflicto era equivalente a la del frente occidental. También hubo intensos combates en el norte de Italia, en los Balcanes y en la Turquía otomana. Los combates tuvieron lugar en el mar y, por primera vez, en el aire.

En abril de 1917, se produjo un cambio decisivo en las hostilidades cuando la política de guerra submarina irrestricta de Alemania sacó a Estados Unidos del aislacionismo y lo llevó al centro del conflicto. Las nuevas tropas y el nuevo material de la Fuerza Expedicionaria Estadounidense (American Expeditionary Force, AEF) bajo el mando del General John J. Pershing, junto con el bloqueo en constante aumento de los puertos alemanes, a la larga ayudaron a cambiar el equilibrio del esfuerzo bélico a favor de la Entente.

Apenas conseguida, esta ventaja para las fuerzas de la Entente fue compensada por los sucesos que tuvieron lugar en el teatro de operaciones oriental de la guerra. Desde comienzos de 1917, Rusia, una de las potencias principales de la Entente, había sufrido una gran agitación. En febrero de ese año, el mal manejo de la guerra por parte del gobierno zarista había contribuido a inspirar un levantamiento popular: la Revolución de Febrero. La revolución forzó la abdicación del zar Nicolás II y puso en el poder un Gobierno Provisional de facciones liberales y socialistas, que a fin de cuentas estaba bajo el mando del miembro del partido Socialista Revolucionario, Alexander Kerensky. Este breve experimento con la democracia pluralista fue caótico y, en los meses del verano, el continuo deterioro del esfuerzo bélico y una situación económica cada vez más calamitosa provocó disturbios por parte de los trabajadores, los soldados y los marinos rusos ("Los días de julio").

El 24 y 25 de octubre de 1917, las fuerzas bolcheviques (izquierda socialista) al mando de Vladimir Lenin tomaron los principales edificios del Gobierno y asaltaron el Palacio de Invierno y luego la sede del nuevo Gobierno en la capital de Rusia, Petrogrado (actual San Petersburgo). La "Gran Revolución Socialista de Octubre", el primer golpe marxista exitoso de la historia, desalojó al ineficaz Gobierno Provisional y finalmente estableció una República Socialista Soviética bajo la dirección de Lenin. Las radicales reformas sociales, políticas, económicas y agrarias del nuevo Estado soviético en los años de la posguerra inquietarían a los gobiernos democráticos occidentales que, temían tanto la expansión del comunismo por toda Europa, que estuvieron dispuestos a transigir o sosegar a regímenes de derecha (incluyendo a la Alemania nazi de Adolf Hitler) en las décadas de 1920 y 1930.

Pero el efecto inmediato de la Revolución Rusa en el escenario europeo fue una brutal y prolongada guerra civil en tierras rusas (1917-1922) y la decisión de los líderes bolcheviques de hacer las paces por separado con la Alemania del Kaiser. Cuando las negociaciones fracasaron totalmente debido a las exigencias alemanas, el ejército alemán lanzó una ofensiva general en el frente oriental, que produjo el Tratado de Paz de Brest-Litovsk el 6 de marzo de 1918.

Pese a los éxitos alemanes (sacar a la Rusia bolchevique de la guerra a fines del invierno de 1918 y llegar a las puertas de París durante el verano), los ejércitos de la Entente repelieron al ejército alemán en el río Marne. En los meses del verano y el otoño de 1918, avanzaron sostenidamente contra las líneas alemanas en el frente occidental ("Ofensiva de los cien días").

Las Potencias Centrales comenzaron a rendirse, comenzando con Bulgaria y el Imperio Otomano, en septiembre y octubre, respectivamente. El 3 de noviembre, las fuerzas austrohúngaras firmaron una tregua cerca de Padua, Italia. En Alemania, el amotinamiento de marinos de la armada en Kiel desencadenó una amplia revuelta en las ciudades costeras alemanas, y en las principales áreas municipales de Hannover, Frankfurt del Meno y Munich. Consejos de trabajadores y soldados, basados en el modelo soviético, iniciaron la llamada "Revolución alemana"; la primera "república de consejos" (Räterrepublik) fue establecida bajo la dirigencia del demócrata social independiente (USPD) Kurt Eisner en Bavaria. El sólido Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD), bajo la dirigencia de Friedrich Ebert, veía a los consejos recientemente establecidos como un elemento desestabilizador, y abogaba, en su lugar, por las demandas de la opinión pública alemana de una reforma parlamentaria y paz.

El 9 de noviembre de 1918, en medio del descontento generalizado y tras haber sido abandonado por los comandantes del ejército alemán, el emperador (káiser) Guillermo II abdicó el trono alemán. Ese mismo día, el delegado del SPD Philipp Scheidemann proclamó la República de Alemania, con un gobierno provisional dirigido por Friedrich Ebert. Dos días más tarde, representantes alemanes, dirigidos por Matthias Erzberger del partido Centro Católico (Zentrum), se reunieron en un vagón en el Bosque de Compiègne con una delegación de las potencias victoriosas de la Entente al mando del Mariscal de Campo francés Ferdinand Foch, comandante general de las fuerzas de la Entente, y aceptaron los términos del armisticio.
A las 11 de la mañana del 11 de noviembre (11/11) de 1918 cesaron los combates en el frente occidental. La "Gran Guerra", como la llamaron sus contemporáneos, había llegado a su fin, pero la enorme repercusión del conflicto en las esferas política, económica, social e internacional resonaría durante las décadas siguientes.

La Primera Guerra Mundial representó una de las guerras más destructivas de la historia moderna. Como consecuencia de las hostilidades murieron casi diez millones de soldados, cifra que supera ampliamente la suma de las muertes de militares de todas las guerras de los cien años anteriores. Si bien es difícil determinar con precisión las estadísticas de las bajas, se calcula que 21 millones de hombres fueron heridos en combate.

Las enormes pérdidas a ambos lados del conflicto, en parte, fueron el resultado de la introducción de nuevas armas, como la ametralladora y el gas, así como el hecho de que los jefes militares no adaptaron sus tácticas a la naturaleza crecientemente mecanizada de la guerra. La política de desgaste, particularmente en el frente occidental, les costó la vida a cientos de miles de soldados. El 1 de julio de 1916, la fecha en que se produjo la mayor pérdida de vidas en un solo día, en Somme sólo el ejército británico sufrió más de 57.000 bajas. Alemania y Rusia registraron la mayor cantidad de muertes de militares: aproximadamente 1.773.700 y 1.700.000, respectivamente. Francia perdió el 16% de sus fuerzas movilizadas, la tasa de mortalidad más alta en relación con las tropas desplegadas.

Ningún organismo oficial llevó una cuenta minuciosa de las pérdidas de civiles durante los años de la guerra, pero los estudiosos afirman que 13 millones de no combatientes murieron como consecuencia directa o indirecta de las hostilidades. La mortalidad de las poblaciones de militares y civiles llegó al punto máximo al final de la guerra con el brote de la "gripe española", la más mortífera epidemia de influenza de toda la historia. Como consecuencia del conflicto, millones de personas fueron desarraigadas o desplazadas de sus hogares en Europa y Asia Menor. Las pérdidas industriales y de propiedades fueron catastróficas, especialmente en Francia y Bélgica, donde los enfrentamientos habían sido más intensos.



3 Las invasiones mongolas

Las invasiones de los mongoles se sucedieron durante todo el siglo xiii, dando como resultado el vasto Imperio mongol, que comprendía gran parte de Asia y Europa oriental hacia 1300. Los historiadores consideran que los ataques y las invasiones mongolas son algunos de los conflictos más mortíferos en la historia humana. Landers Brian ha explicado que «Un imperio en particular excedió a cualquiera que los que habían llegado antes, y cruzaron desde Asia a Europa en una orgía de violencia y destrucción. Los mongoles trajeron terror a Europa a una escala no vista hasta el siglo XX».​ Diana Lary sostiene que las invasiones de los mongoles indujeron el desplazamiento de la población «en una escala nunca antes vista», en particular en Asia central y Europa oriental. Y añade: «la inminente llegada de las hordas mongolas sembró el terror y el pánico». Tsai concluye: «Las conquistas mongoles sacudieron Eurasia y tuvieron gran influencia en la historia del mundo».

El imperio mongol surgió en el curso del siglo xiii por una serie de conquistas e invasiones en toda Asia central y Asiaoccidental, llegando a Europa en la década de 1240. La velocidad y el alcance de la expansión territorial es paralela a la de los hunos /conquistas túrquicas de las invasiones bárbaras (el kaganato túrquico del siglo vi).

Las conquistas territoriales de los mongoles se prolongaron hasta el siglo xiv en China (dinastía Yuan), al siglo xv en Persia (dinastía timúrida) y en Rusia (incursiones mongoles y tártaras contra los estados de Rusia), y al siglo xix en la India (el Imperio mogol).




4 Las guerras del Opio

Las guerras del Opio  o las guerras anglo-chinas fueron dos conflictos bélicos que ocurrieron en el siglo xix entre los imperios chino y británico. La primera duró entre 1839 y 1842. La segunda, en la que Francia se implicó con los británicos,​ estalló en 1856 y duró hasta 1860. Sus causas fueron los intereses comerciales que crearon el contrabando británico de opio en la India y en China y los esfuerzos del gobierno chino por imponer sus leyes a ese comercio.

La derrota china en las dos guerras forzó al gobierno a tolerar el comercio de opio. Los británicos coaccionaron a los chinos para firmar los Tratados Desiguales, abriendo varios puertos al comercio exterior y anexionándose Hong Kong (ver Tratado de Nankín y cesión de Hong Kong al Reino Unido). Portugal siguió a los británicos, forzando términos de intercambio desiguales a China y la ampliación de Macao, bajo dominio portugués desde el siglo xvi.

Lo anterior contribuyó a la Rebelión Taiping a mediados del siglo xix, la Rebelión de los Bóxers a principios del xx, y la caída de la Dinastía Qing en 1912. También provocó el relativo aislamiento chino respecto a Occidente.

5 Rebelión An Lushan

La Rebelión de An Lushan  fue una rebelión militar ocurrida en China durante la dinastía Tang, entre los años 755 y 763. Como su nombre indica, fue iniciada por An Lushan, un general que se autoproclamó Emperador y fundó la efímera dinastía Yan. En chino, el término se utiliza frecuentemente para el momento inicial de la rebelión, ya que An Lushan falleció en el año 757, asesinado por su propio hijo An Qingshu, y la rebelión continuó bajo el liderazgo de Shi Siming, que asesinó a An Qingshu. Por ello, el nombre chino más habitual para la rebelión completa es Rebelión de An-Shi . También se la conoce como la Rebelión de Tianbao, por haber comenzado en el año 14 de la era de Tianbao, según la cronología tradicional china.

La rebelión abarcó el reinado de tres emperadores. El primer emperador, Xuanzong, hubo de abandonar con su corte la capital Chang'an y huyó hacia Sichuan. Durante la huida, sus militares le exigieron que ordenara matar a la famosa concubina Yang Guifei y al primo de ésta, Yang Guozhong. El emperador Suzong, hijo de Xuanzong, fue proclamado emperador por el ejército y los eunucos de la corte itinerante mientras que otro grupo de oficiales locales e ilustrados confucianos proclamaron otro príncipe en Jinling (actual Nankín).

La rebelión fue suprimida durante el reinado de Daizong por los generales Guo Ziyi y Li Guangbi. A pesar de resultar victoriosa contra la rebelión, la dinastía Tang se vio fuertemente debilitada por ella y en años sucesivos se vio afectada por el creciente poder de los jefes militares. El conflicto también dejó profundas consecuencias en la política exterior, la cual se volvió mucho más estricta y xenofóbica, contrastando con el carácter cosmopolita y receptivo de la primera mitad del periodo Tang.

Fue uno de los conflictos más destructivos y mortales de la historia china, con estimados que indican que casi un 50% de la población total pereció en la guerra. El censo del 754 daba como resultado 52 880 488 habitantes, mientras que el del 764 daba alrededor de 16 900 0001​ (es decir, un descenso de 36 millones). Sin embargo, estos números no son totalmente aceptados en la actualidad. Algunos historiadores como C.P. Fitzgerald han argumentado que las cifras no concuerdan con relatos contemporáneos de la guerra, además que, debido al caos en el Imperio y la decadencia de la autoridad central, no pueden ser considerados como fuentes fiables.​ Se estima que un cuarto de la población ya no vivía en el área de alcance de los censos, algo debido tanto a la decadencia de los Tang como a la pérdida de importantes territorios.​ En su obra Crónica definitiva de las 100 peores atrocidades de la Historia, Matthew White estima que el número de bajas reales pudo estar alrededor de los 13 millones.

6 Rebelión Taiping

La Rebelión Taiping fue una guerra civil con grandes connotaciones religiosas y sociales, que ocurrió en China entre los años de 1850 y 1864, en la que se enfrentaron las fuerzas imperiales de la dinastía Qing y el Reino Celestial de la Gran Paz , que ocupó durante el conflicto zonas importantes del sur de China.

El Reino Celestial de la Gran Paz fue un estado teocrático de origen revolucionario, gobernado por un profesor de la etnia hakka llamado Hong Xiuquan, que mezclando diversas doctrinas religiosas creó a Los Adoradores del Emperador con los cuales conquistó las provincias Anhui, Hubei, Jiangxi, Zhejiang y Jiangsu, de las que se proclamó rey y como el nuevo Mesías, siendo hermano menor de Jesucristo e hijo de Shangdi, quería erradicar el culto al demonio y restablecer el Mandato del Cielo.​

Las fuentes más fiables estiman el total de muertes en 20 millones de personas,​ aunque algunas fuentes reclaman que la cantidad de muertos llegó a 50 millones;​ llegando a considerarse este conflicto como la guerra más sangrienta previa a la Segunda Guerra Mundial.

Solo la intervención de las potencias occidentales a favor del Imperio Qing, el repentino suicidio de Xiuquan en 1864 y la incapacidad de su sucesor, fueron las razones que menguaron la rebelión; sin embargo, dejaba evidencia de la volatilidad social y económica que sufría China durante la segunda mitad del siglo xix, que desencadenaría posteriores rebeliones y derrocaría el gobierno Imperial en 1911 con la Revolución de Xinhai.


Índice

En esta presentación voy a hablar sobre las 20 guerras más grandes de la historia y de las armas más peligrosas que fueron capaces de derrot...